miércoles, 2 de marzo de 2016

La azotea del infierno: el Mamalata

“La distancia justa de combate”, decía siempre el Mamalata, un veterano legionario que terminó su gloriosa carrera en Afganistán, vino adicto a la heroína. Siempre lo decía cuando algún borracho sacaba, otra vez, esta historia en el corrillo de cubos ardiendo que prendían los parados del Barrio cuando llegaban las primeras tardes del otoño. Esas tardes de hojas arremolinadas en el suelo plantado de colillas, bolsas de pipas vacías y charcos pisados por las niñas que se tapaban las tetas con los abrigos porque hacía frío y ya no quedaba otra cosa bonita que mirar en veinte kilómetros a la redonda.

portada, la azotea del infierno, novela negra, editorial amarante, Segismundo Palma 


No hay comentarios:

Publicar un comentario